viernes, marzo 09, 2007

Agonía 2

Así que ahí estabas- le dijo- mientras gritaba que estaba preocupada por él. Mientras yo te buscaba tú sólo pensabas en ella, dijo en un pequeño gemido que se cubrió de lágrimas.

Sus manos no encontraban el pañuelo que llevaba entre el bolsillo, y su pestañina se derretía sobre su rostro formando caminos de grietas en las mejillas, él sólo se dedicaba a mirarla pero no trataba de consolarla, pues sabía que cualquier palabra sería usada en su contra. Ella sentía que su pecho se reventaba bajo la presión de los latidos de su corazón.

Afuera del pequeño quiosco que los cubría de la lluvia una mujer pasaba con un talego en la cabeza para no mojarse el pelo y un niño jugaba entre los charcos, pero entre ellos dos el tiempo se había detenido, y sólo el sonido de la gotas contra el suelo, parecían el recorrido del segundero en el reloj.

Trató de secar las lágrimas con su mano, pues entre los libros, las llaves y el maquillaje que llevaba en su mochila se había extraviado su pañuelo. En el silencio no encontró el consuelo ni la explicación que esperaba y se dio cuenta de que había llegado el momento que siempre había temido, sólo dijo adiós y salió del quiosco.

Él sólo pudo ver que ella se alejaba, vio cómo su olor la perseguía pero se negaba a apartarse de su nariz, se dio cuenta que el beso del día anterior había sido el último, y aunque creyó que ella daría la vuelta y regresaría a sus brazos, su esperanza se desvaneció cuando la dejo de ver en el horizonte.

miércoles, febrero 21, 2007

Agonía


La mañana que despertó desnudo recordó los terribles dolores que había tenido la noche anterior, aún conservaba el sabor amargo en su boca, y el olor irreconocible que había de seguirlo durante casi todo el día, trató de abrir los ojos pero la pesadez le hacía creer que no había descansado, subió sus brazos y trató de tocar su rostro, pero un dolor a la altura del pecho se lo impidió.

Gritó, su grito se oyó en el apartamento vecino como si acabara de parir un gato, afuera sólo el vaivén de las hojas de los árboles negaban que el tiempo se había detenido, y el latido de su corazón que había muerto, sin embargo el dolor que carcomía su corazón no se detuvo.

Finalmente su espalda no resistió más el colchón, se levanto y se puso las babuchas en forma de pingüino que ella le había regalado, aunque lo único que hacían era recordarle lo infantil que ella era, y la manera en que le había demostrado que los hombres sí podían llorar.

Sin más, se dispuso a hacer lo mismo que hacía cuando aún estaba con ella, fue a trabajar, almorzó, rió con sus amigos, y regresó a casa sintiéndose aún peor, pero satisfecho porque había sobrevivido al primer día, al fin y al cabo ¿alguien se había muerto de amor?.

Esa noche durmió bien, pero a la mañana siguiente se despertó, recordó los terribles dolores que había tenido la noche anterior al oír sus palabras de adiós, aún conservaba el sabor amargo en su boca del último beso, y el olor irreconocible proveniente del perfume que ella usaba a diario que habría de seguirlo, igual que el día anterior.

miércoles, febrero 14, 2007

Soñé




Alguna vez me pregunté cuándo había dejado de soñar, y no encontré respuesta, a lo mejor nunca había soñado, quizá mi único sueño había sido soñar, pero no lo había logrado, nunca fui lo que quise ser, no soy lo que quiero ser.

La maldita vida y sus circunstancias me obligaron a ser esta amorfa masa que hoy sólo deambula por el oscuro camino del futuro, futuro que no soñé.

viernes, febrero 09, 2007

Loca

Aunque mis labios ya habían tocado otras pieles, la primera vez que sintió ese calor indescriptible, despertó un corrientazo que en un segundo recorrió todas mis células. Un músculo involuntario casi explota mi pecho, y mis pulmones sentían un orgasmo que los dejaba sin aliento. Su olor me obligaba a inhalar casi hasta mi estómago y rechazaba todo intento de botar el aire. Sus manos danzaban con las mías a un rítmo perfecto con una melodía que escucho en mi mente cada vez que pienso en él. Mis ojos no se abrían por el simple temor de no poder verle.

Luego de sentir con cada beso un recorrido más veloz y desesperado de mis glóbulos blancos a través de mis venas, me doy cuenta del miedo acumulado que esconde mi cerebro al pensar por un sólo instante en la ausencia de su cuerpo, y en la soledad llena de él.

Por eso, la maldita confusión de aquello que no fue, logró remover toda la paciencia inexistente que rondaba en mi pecho, creer que aquel que me despierta los más oscuros y mojados pensamientos llegara a dejarme de lado por sólo un minuto y pensara en ella me convirtió en loca.

jueves, febrero 08, 2007

De vuelta !!!!

Al escribir este pedazo de no sé qué, sólo siento vergüenza, vergüenza de haber sido tan perezosa y de haberme dejado llevar por las ganas de hacer nada, simplemente nada.

Hoy decidí que no voy a tolerar ni un minuto más el desperdicio de mi cerebro, que en este largo tiempo de no escribir nada y dedicarme únicamente a ver pasar las historias, perdí la maldita musa que no logro encontrar y que en lo más remoto de mí dudo volver a ver, a lo mejor esté escondida al verme escribir estúpidas historias sobre políticos corruptos, y crónicas idiotas sin sentido.

Lo peor que me pudo pasar fue enamorarme de la realidad, de entender que este mundo de porquería tenía una rara belleza, los que algunas vez entraron al bosque pueden entender lo que digo, estoy segura que jamás se sintieron atraídos por leer siquiera uno de los artículos que aquí se publicaban.

Pero quiero cambiar, redescubrir esa musa perdida y utilizarla para expresar todo aquello que gira en mi mente y que desgraciadamente no encuentra palabras para nacer. Así que ésta es sólo una invitación para que usted disfrute del nuevo Bosque, mi bosque.